Estereo/Proto – Tipos.

El otro día leí una frase que me resumía a la perfección, sílaba por sílaba; fonema por fonema. Decía algo así como que cuando el universo entero conspira contra nosotros es por un motivo, nos estamos separando de la cordura; y cayendo al vacío sobre la locura. Crónica de una muerte anunciada lo denominaría García Márquez.

“Prefería que viniera el mismo a destruirme” terminaba. Blanco y negro. Agua y aceite. Azúcar y sal. Dicen que es imposible mezclarlos, sin embargo si nos empeñamos siempre hay un punto, aunque sea un instante en el que pueden soportar estar juntos, aunque cada uno siga su camino.

Siempre nos han educado con la cantinela de que es imposible. Sí, otra vez esa maldita palabra. Prohibido. Ilegal. Y otras tantas que aparecen justo después de que lo haga la primera. Supongo que le pasará a más personas, pero desde que me la enseñaron; atracción era la palabra que yo ponía detrás. No entiendo por qué han de estar dos personas de la misma “clase social”, con gustos “similares” y del mismo lugar del universo. No sé quién se empeñó en dar a conocer ese maravilloso descubrimiento. Lo peor es que por muy modernos y permisivos que nos creamos, seguimos pensando en blanco y negro, en estereotipos; y no en FULL HD.

Supongo que es más difícil que parejas así se hagan estables, pero sin duda todos coincidiríamos en decir que son las mejores, las que se viven con adrenalina, dopamina y a la velocidad del sonido.

¿Quién no se ha enamorado así? Si queda alguien que pruebe, que lo haga tan sólo por saber qué se siente y que se deje llevar hacia el enganche, la locura y la sensación de sentir adrenalina en las papilas. Entonces sabrá todo lo que se ha estado perdiendo.

En mi caso no duraron, pero mereció la pena todo el tiempo que invertí en recomponerme y en fijar los ojos en mi siguiente objetivo; cada vez más distinto al anterior y más distinto a mí. Así aprendí todo lo que sé, aunque nunca he llegado a asimilar cómo se evita el golpe.

Fuente: cosmopolitan.taconeras.net

Fuente: cosmopolitan.taconeras.net

Intermitencia

¿Sabes que eres mi luz de intermitencia? ¿Esa que siempre centellea para que tengas en cuenta que está ahí? Pues mi intermitencia siempre viene en verano, como las mejores tormentas del año; de las que sorprende, refrescan y dan un respiro.

Supongo que todo eso está bien. Hasta te hace sentir fuerte, incluso sonreir de vez en cuando sin tener que recordar el cómo se consiguen alzar las comisuras. Pero llega el verano, te revoluciona te revuelve y se va. Siempre ocurre. Y ya búscate la forma de recomponer pedazos de apretar las encías, “en esta vida no hay filosofía”.

Quería correr, olvidar, que nada pudiera atraparme; pero siempre hay alguien que te marca los límites y que te hace tener presente lo cerca que está el suelo de tus pies. Aunque como sorpresa te diré que es la misma persona que podría llevarte “a cualquier otra parte”.

Fuente: Google

Fuente: Google

Entonces, en ese punto, comienzan las diferencias, los universos paralelos y artificiales; y como siempre los tópicos que todos se empeñan en recordar que si están escritos es por algo.

(Somos diferentes; me agobias, te agobio; no te quiero como me gustaría, no me quieres como me gustaría; no me mereces, no te merezco; soy demasiado joven para ti, eres demasiado mayor para mí; me quiero, te quieres; eres mucha mujer para mí; eres poco hombre para mí; lo nuestro es imposible; es una relación tóxica; te está aislando; no es amor es obsesión; te va a hacer daño; no es tu tipo; tu ahora eres así por él; no siento lo mismo, sigo sintiendo lo mismo; tu mundo no es el mío; te he querido como nunca, te he querido como a nadie…)

Fuente: Google

Fuente: Google

Depende de la historia. NO de la pareja, ni de la edad, ni de los gustos, ni de los amigos, ni de los padres… Son excusas, depende de la CADUCIDAD.

Fuente: Google

Fuente: Google

Para no dar la hostia del lustro lo mejor es tener los ojos abiertos, día y noche; si es que queremos evitar el golpe, claro. Puestos a decidir, hay de todo; golpeadores y golpeados, enamorados y enamordados.

Yo decidí quererte como dicen que no se debe querer: con obsesión, con arrastre, con persecuciones. De hecho, aún sigo pagando las consecuencias de mi flecha de cupido.

Clavos y tornillos

Hay momentos en los que odiamos lo que vemos. Nos encantaría resetear y volver atrás,volver a ese momento en el que seguíamos flotando a varios metros de altura, a tres o a tres mil. Hay quienes tardan horas en recomponerse y quienes tardan siglos. Siempre he odiado la frase «un clavo saca a otro clavo». He leído que los clavos se coleccionan y por mi parte creo que es el momento de sacar una oferta, por que lo que yo tengo es una ferretería. Al final va a ser verdad que me enamoro a base de obsesiones, pero me encanta hacerlo así.  Sobre lo que aún no he descubierto la fórmula secreta es si es mejor enamorarse a primera vista, alocada e incondicionalmente desde el primer instante, o con el roce y el cariño. Habrá quien se habrá enamorado de esta última forma, pero yo aún no. En cambio he vivido historias alocadas y arrolladoras, con clavos y tuercas pero sin ningún tornillo.

.Imagen

Ese día pasó algo que le ha ocurrido a cualquier chica alguna vez en su vida. Estaba allí, sin quitarme ojo y con otra. Creo que es la quinta vez que me pasa. ¿Sabéis que? siempre duele, te haya ocurrido una vez o quinientas, aunque para consolar diré que llega un momento en el que ya no te impacta como antes. Sólo piensas en dos cosas: a partir de ahora seré la mujer más digna y altiva de la tierra con él (cosa que es totalmente falso porque seguirás sus pasos hasta que las «falsas casualidades» hagan que os volváis a ver de nuevo) y que  por qué ella y no tú (mientras las inspeccionas de arriba a abajo esperando encontrar la causa lógica que te haga que el trago sea más dulce).

La diferencia entre la primera y la quinta vez que te pasa esto es que ya no sales corriendo como si te quemara estar donde tu campo de visión se encuentra con el suyo, sino que le echas cojones y te quedas allí viendo si es capaz de hacer algo delante tuya, porque de ser así es una señal neón de que todo está perdido, al menos por el momento.

Imagen

Sé que odias esta frase C, pero siempre vamos a encontrar alguien que «nos prometa la Luna y nos prometa llevarnos a ella» pero cuando se trata de apostar y arriesgar, el caballero andante (ni dandy, ni rapero, ni señorito andaluz, ni ostias) en mitad del viaje nos saca de la nave especial a patadas y se dedica a buscar extraterrestres u orcos de mordor mientras hace ruta de planeta en planeta.

Al final, por mucho que lo neguemos siempre nos gusta lo difícil, lo que está condenado a fracasar y lo que nos hace cometer los mayores errores del mundo. No salir con las amigas, llorar por las esquinas e incluso dejar aquella música con la que saltábamos cada vez que comenzaba a sonar. No nos gusta lo fácil y hasta el amor más idílico se convierte en aburrido una vez que ya lo tenemos entre las manos. Somos así y esta es la realidad.

Imagen

Chicas, no penséis que enamorarse a lo loco es un error, siempre es mejor que enamorarse por compasión o porque necesitamos a alguien a nuestro lado. El destino es muy cabrón a veces, por eso lo he sacado de mi lista de amistades. Cada uno se busca el destino con sus recursos, y como quiere o como puede. Si nos gusta alguien vamos a ir a por él, y si no, vamos a hacer encuentros fortuitos convirtiéndonos en calculadoras con clavos, porque los tornillos los perdemos demasiado a menudo.

«Entonces te vi, porque fui a buscarte allí donde sabía que ibas a aparecer de un momento a otro».